es curioso darse cuenta que la vida es un juego de espejos.

Ya sé que está mal ser un cínico. Pero tirar la piedra y esconder la mano... es peor.

No seré más tu secreto. De eso ya me cansé. Yo estoy para que me presuman... ¿y tú?

A qué has venido? Yo sé que no tengo la culpa de vivir aquí, ni que tú tienes la de que yo te haya entregado mi corazón 4 veces...
pero a qué vienes?
porqué te entregas de esa forma mientras sé que no tendré otra manera de tenerte...
a qué vienes?
a qué?...